Capítulo 9: Analogías con la Revolución Portuguesa

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO On lunes, 6 de julio de 2009 0 comentarios

Woods, al parecer es un poco renuente a dirigir una crítica a las fuerzas militares de izquierda que han cometido errores. En el análisis "Los marxistas y la Revolución Venezolana", realiza un paralelo directo entre Venezuela y los magníficos sucesos de la Revolución Portuguesa en 1974-75.


Polemizando con anónimas sectas, Woods sostiene que "nosotros no tenemos nada que hacer con los funcionarios militares". La aproximación a este prob­lema y al ejército en general es particularmente importante en Venezuela. El rol jugado por sectores radicales de izquierda al interior del ejército ha sido crítico en Venezuela. El populismo radical tiene una fuerte tradición en las fuerzas armadas de algunos países Latinoamericanos -incluyendo Venezuela, Perú y otros- que el CIT ha comentado en sus análi­sis de los eventos en Venezuela y en otros materiales.

Si existen grupos que dicen que nosotros no ten­emos nada que hacer con esta fuerza, obviamente están equivocados. Los sectores del ejército, espe­cialmente los soldados de bajo rango, incluyendo a la oficialidad, pueden y deben jugar un papel impor­tante. La podrida y decadente burguesía en algunos países históricamente ha obligado a sectores del ejército a rebelarse y emprender acciones contra el capitalismo. Algunos pueden ser ganados para las ideas socialistas y para apoyar a la clase trabajadora.


Sin embargo, esto no significa que los socialistas rev­olucionarios deban silenciar los errores y las debili­dades de estas fuerzas. Esto increíblemente es lo que hace Woods con relación a la revolución Portuguesa. Primero, hace una comparación con Venezuela, simplemente ignorando las diferencias cruciales en la conciencia socialista donde en Portugal la revolución entra derrotando rápidamente al capitalismo. Woods procede a dejar de lado cualquier error o métodos incorrectos usados por el izquierdista Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) en Portugal.

Citando un documento escrito por Ted Grant en 1975 de la Revolución Portuguesa. En una parte él relata los sucesos del 11 de marzo de 1975, cuando militares reaccionarios intentaron un golpe. Los tra­bajadores se tomaron las calles, el ejército se rebelo contra el intento de golpe, desintegrándose. Grant correctamente dice que bajo esta situación ni un solo regimiento estaba en condiciones de actuar en favor de la contrarrevolución.


Woods concluye entonces que: "...las mismas líneas se pudieron aplicar exactamente dos años atrás en Venezuela... Uno solo tiene que cambiar los nom­bres." Esto no es exacto en torno a Venezuela. A pesar de que el regimiento de paracaidistas se haya rebelado como luego lo hizo contra el golpe la guardia de palacio, en el resto de las fuerzas armadas permaneció incierta y muchos regimientos solo se declararon contrarios al golpe una vez que este había sido derrotado.

Pero más importante fue lo que aconteció luego de los intentos de golpe en Portugal y en Venezuela. En Portugal la revolución adquirió un masivo impulso y tomo un enorme giro a la izquierda. El intento de golpe del 11 de marzo fue seguido inmediatamente por la ocupación de las fábricas, los puertos y los bancos, por parte de los trabajadores, así como la ocupación de la tierra por parte de los campesinos. En tres días todos los bancos y las compañías de seguros estaban nacionalizados, lo que significo que el 80% de la industria y la mayor parte de la tierra estaba en manos del estado.


El 4 de abril, el radical movimiento de oficiales -MFA-emitió una declaración en que describía la revolución como "una transición al socialismo." Toda la sociedad Portuguesa estaba bajo un fermento rev­olucionario y abrazo la idea de una revolución social­ista. El periódico The Times, titulo su editorial de la siguiente manera: "El capitalismo ha muerto en Portugal." Casi sucede. Pero debido a que la revolu­ción no fue completada, la clase capitalista pudo retornar y recobrar su control sobre la sociedad. A través de la mediación del Partido Socialista (que asesorado por el Partido Socialdemócrata Alemán -PSD- canalizo la intervención de la CÍA) fue posible hacer respirar al cadáver del capitalismo Portugués. La desnacionalización fue realizada al cabo de unos años y el Partido Socialista se transformo en uno de los principales partidos del capitalismo en Portugal.


Como explicamos anteriormente, los sucesos que siguieron en Venezuela tras el intento de golpe están muy lejos de lo que se llego en Portugal. Tras la der­rota del golpe, Chávez inmediatamente trato de llegar a acuerdos con el capitalismo. No fue llevada a cabo ninguna nacionalización y solo fue realizada una limpieza muy limitada al interior del ejército y de PDVSA. Incluso Chávez recientemente llegó a establecer algunos tratados comerciales con com­pañías multinacionales de la industria petrolera.


Los Marxistas están optimistas y seguros en el desar­rollo de la revolución socialista. Vemos entusiasta­mente la lucha de la clase trabajadora en Venezuela y tenemos un acercamiento positivo a los sucesos revolucionarios que allí se desarrollan. Pero no es el deber de los socialistas revolucionarios exagerar o sobredimensionar los eventos que han tenido lugar hasta ahora. Este método no sirve para fortalecer la revolución y no le permite a la clase trabajadora sacar las conclusiones necesarias.


Woods se muestra muy renuente a criticar al MFA y su rol en Portugal. Él dice que "esto no era una cuestión de confianza... es de una categoría moral y no científica. Lo que es decisivo no es el carácter moral de los líderes sino el programa sus políticas. Muchos de los Oficiales en Portugal eran hombres decididos y honestos que sinceramente estaban con las masas. Muchos incluso quisieron hacer una transformación social profunda en Portugal, pero no supieron como llevarla a cabo."


Estamos de acuerdo, pero no podríamos decir lo mismo sobre Allende, Andrés Nin, el Che Guevara y muchos otros? No tenemos una medida para medir la sinceridad de los individuos. Todo lo que podemos hacer es poner a prueba el programa, las ideas y las acciones defendidas por estos individuos y grupos, y si creemos que sus ideas y métodos son incorrectos, es deber de los Marxistas decir porqué.


Woods continua: "La verdadera responsabilidad del fracaso de la revolución Portuguesa no esta en los sectores del ala izquierda del ejército, sino en los líd­eres reformistas de los Partidos Comunistas y Socialistas que juntos arruinaron la revolución. De paso, debemos agregar que las sectas seudo marxistas y ultra-izquierdistas jugaron un papel lamenta­ble..."


Así que todos somos responsables, excepto los ofi­ciales izquierdistas. El papel jugado por las fuerzas mencionadas por Woods varió. Los dirigentes del Partido Comunista y del Partido Socialista cierta­mente fueron responsables de que en el futuro el capitalismo pudiera recobrar el control de la sociedad Portuguesa. La contrarrevolución fue lleva­da a cabo a través del Partido Socialista. Durante la Guerra Civil española el Partido Socialista (PSOE) y el Partido Comunista (PCE) también jugaron papeles lamentables. Sin embargo, ¿esto significa que la crit­ica de Trotsky fuera menos severa para el POUM?


Woods no especifica a que sector de "izquierda" del MFA se refiere. Esta organización no era homogénea y se dividió en diferentes tendencias. El ala "modera­da" del MFA, alrededor de individuos como Meló Antunes colabora con el PS en las tareas de frenar la revolución. Sin embargo, los "izquierdistas", precisa­mente por no saber que hacer, cometieron una serie de errores e Intentaron imponer su posición sin una base organizada en la clase trabajadora. Esto permi­tió al Partido Socialista y a otros presentarse como los defensores de la democracia contra los "anti­democráticos oficiales del ejército."


Intentar encubrir estos errores también fueron un fac­tor importante que llevo a la derrota de la revolución y no para beneficiar al movimiento de los trabajadores. Ciertamente Woods no lo hace mejor ofreciendo "con­cejos correctos" a Chávez. La tremenda derrota de la revolución Portuguesa que casi derroco al capitalis­mo, refleja la necesidad crucial de un partido socialista revolucionario. Tal partido, que utilice las experiencias históricas a nivel internacional de la clase trabajadora, puede proporcionar la dirección necesaria para ayu­dar a la clase trabajadora a tomar los pasos que se necesitan dar para derrocar al capitalismo y establecer un gobierno genuino de democracia de la clase traba­jadora, que controle concierte y democráticamente la sociedad, tomando las medidas necesarias para comenzar a construir el socialismo.


El problema de ganar a los oficiales de bajo rango y a los soldados al lado de la revolución es importante en todas las revoluciones. En algunos países Latinoamericanos como Venezuela, donde existe una fuerte tradición de tendencias populistas de izquier­da en el ejército, esta cuestión es aun más impor­tante. El problema de romper el aparato estatal en cierta fase de la revolución asume una importancia crítica. El movimiento obrero necesita un programa y tomar iniciativas concretas apuntadas a romper el aparato del estado en líneas de clase.

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